miércoles, 19 de septiembre de 2007

Fuego

Ella dice que sí, que tiene fuego.
Abre la cartera. Mete mano y revuelve todo.
Como en un concurso: manotea, mezcla, busca, amaga, desordena.
No sé qué tendrá ahí, pero cuánto sonido provoca su mano.
Cuánta música le saca al cuero de la cartera; que no tiene cuerda y mucho menos tecla.

¿Será el golpe de su mano contra una lapicera?
¿Será el golpe de sus uñas contra un puñado de caramelos ácidos?
¿Será el golpe de su anillo contra un espejo?

No sé si guarda un espejo, pero en su mirada observo el matafuego que está detrás de mí.

Mira al frente. Nunca a la cartera.
Ahora sí: saca un encendedor color verde-esmeralda.
El encendedor hace juego con el color de sus ojos.
¿O sus ojos hacen el fuego?

Una cara, un cigarro, una chispa; un silencio.
Dibujó todo en sus pupilas.
Ella se fue, con llamas en los ojos.
Ahí arde un astro, y otras cosas también.

Cuántos fantasmas en un solo ojo. Cuánta chispa. Ahí, en lugar tan pequeño, hay un mundo que arroja fuego, música y colores.

No hay comentarios: